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Observamos la COVID-19 desde un ángulo inmunitario. Posibles dianas de prevención y terapéuticas

(Abril 2020)
Dra. Lourdes Reig

Aunque actualmente no se dispone de un tratamiento altamente específico para la COVID-19, las múltiples investigaciones actuales están revisando continuamente distintos tratamientos que ayuden a hacer frente a la situación que estamos viviendo. Las principales estrategias siguen siendo aquellas destinadas a aliviar los síntomas de los pacientes, y entre ellas, muchas se centran en la reutilización de algunos fármacos que por su mecanismo de acción o sustancias utilizadas buscan actuar a algún nivel de la patología, todo ello en combinación con otros elementos que ayuden a mantener y/o equilibrar el sistema inmune. Es por ello que hoy es necesario poder trabajar con las herramientas de las que disponemos, y esto requiere conocimientos y revisiones bibliográficas continuas.

Así pues, el objetivo de esta revisión es compartir algunas de las publicaciones actuales sobre los mecanismos que emplea el virus para infectar y producir patología (vía de entrada, órganos diana, replicación…), y algunos estudios que hoy proponen vías para actuar farmacológicamente a distintos niveles. Cada referencia dispone de un enlace directo al documento original donde se trata el tema en detalle.

  1. Contacto con el virus SARS-CoV-2
  2. Transporte nasofaríngeo viral del SARS-CoV-2 en pacientes con COVID-19
  3. Tormenta de citoquinas

Contacto con el virus SARS-CoV-2

Según varios estudios, los coronavirus endémicos humanos (HCoV) pueden persistir en superficies inanimadas como el metal, vidrio o plástico hasta 9 días, pero se puede inactivar eficientemente en 1 minuto mediante procedimientos de desinfección de superficie con:

  • Etanol al 62-71% (ej. Etanol 70% en casos de HCoV-229E* o CCV**)
  • Peróxido de hidrógeno al 0.5%
  • Hipoclorito de sodio al 0.1% (Hipoclorito de Sodio 0.1–0.5% – HCoV-229E, SARS-CoV***)

También se ha observado la utilidad de Povidona-yodada 10% (1% iodo) en casos de HCoV-229E y de Isopropanol 50% o Sodium chlorite 0.23% en casos de CCV.

* HCoV-229E – Human coronavirus 229E
** CCV – Canine coronavirus
*** SARS-CoV – Severe acute respiratory syndrome coronavirus

Transporte nasofaríngeo viral del SARS-CoV-2 en pacientes con COVID-19

Se conoce que el SARS-CoV-2 usa el receptor ACE2 como principal vía de entrada en la célula huésped (Hoffman, et al. 2020). Paralelamente, se ha visto que el pH elevado en el endosoma celular evita que las partículas virales (como el SARS-CoV y el SARS-CoV-2) utilicen esta vía para su entrada en la célula (Vincent, M.J., et al. 2005). En relación con este mecanismo, algunos estudios proponen la utilización de hidroxicloroquina ya que su acumulación en orgánulos humanos eleva el pH de éstos, disminuyendo así la capacidad del receptor ACE2 de interactuar con las proteínas del virus SARS-CoV (Fox, R.I. 1993 & Wang, M., et al. 2020). Algunos estudios detallan, incluso, que la hidroxicloroquina es eficaz para eliminar el transporte nasofaríngeo viral del SARS-CoV-2 en pacientes con COVID-19 en solo tres a seis días, en la mayoría de los pacientes (Gautret, P., et al. 2020).

De las observaciones anteriores, también se podría esperar que el virus pueda inhibirse si disminuimos la expresión de ACE2. Diferentes revisiones de la literatura científica muestran que agentes como la azatioprina disminuyen la expresión de ACE2. Igualmente, un serie de compuestos, biológicos y utilizados por ejemplo en medicina tradicional china, entre los cuales, Andrographis, Urtica, Sambucus, Astragalus, ácido valproico, butirato y epoxomicina representan estrategias significativas y posibles para las terapias anti-2019-nCoV (Qinghua, C., et al. 2020).

Tormenta de citoquinas

Los predictores de mortalidad de un reciente estudio retrospectivo y multicéntrico de 150 casos confirmados de COVID-19 en Wuhan, China, sugieren que la mortalidad podría deberse a hiperinflamación viral (Ruan, Q. et al. 2020). Ahora bien, es probable que estas variaciones en la respuesta del huésped sean complejas y controladas por los determinantes genéticos del huésped y el patógeno, así como por la memoria inmune de cada individuo (Tisoncik, J.R., et al. 2012).

Diversos estudios caracterizan el perfil de citoquinas asociado con la gravedad de la enfermedad de COVID-19. En general, el aumento de los niveles de citoquinas como la IL-6, IL-10 y TNF-alfa, linfopenia (en las células TCD4+ y CD8+) y la disminución de la expresión de IFN-gamma en las células TCD4+, entre otros, se asocian con COVID-19 grave (Pedersen, S.F., et al. 2020 & Huang, C., et al. 2020). Cuando el virus causante de la COVID-19 infecta el tracto respiratorio superior e inferior, se une a receptores de tipo Toll (del inglés, Toll-like receptors), provocando la activación del inflamasoma y la producción de citoquinas proinflamatorias como la IL-1ß y la IL-6. La IL-1ß es un mediador de la inflamación pulmonar, causando fiebre y fibrosis. Se ha demostrado que la supresión de los miembros proinflamatorios de la familia de IL-1 e IL-6 tiene un efecto terapéutico en muchas enfermedades inflamatorias, incluidas las infecciones virales. Asimismo, citoquinas como la IL-37, tienen la capacidad de suprimir la respuesta inmune innata, inhibir las MHC clase II y la inflamación al suprimir IL-1ß, IL-6, TNF y CCL2, pudiendo proporcionar una nueva estrategia relevante (Conti, P., et al. 2020).

Por otro lado, la hidroxicloroquina comentada en el punto anterior posee un potencial antiinflamatorio pues, al elevar el pH de los endosomas, inhibe el procesamiento de antígenos y la presentación de antígenos de la célula, reduciendo la respuesta inflamatoria y la liberación de citoquinas como la interleucina-1(IL-1) y el factor de necrosis tumoral (TNF-alfa) (Fox, R.I. 1993).

También, aunque no hay evidencia de que prevenga el coronavirus, se ha visto que la N-acetilcisteína (NAC), inhibe tanto la replicación H5N1 como la producción inducida por H5N1 de moléculas proinflamatorias (ej. IL6, CCL5, CXCL8 y CXCL10) en células epiteliales pulmonares (Geiler, J., et al. 2010 & De Flora, S. et al. 1997).

Otros enfoques experimentales, con antioxidantes o agentes antiinflamatorios han mostrado cierto éxito cuando se usan con otros agentes para alterar la respuesta inmune del cuerpo (Liu, Q., et al. 2016)

Tanto las infecciones crónicas como las agudas provocan la inducción de tormentas de citoquinas. El enfoque de una terapia combinada, que incluya compuestos antivirales (y antimicrobianos, según necesidad) junto a estrategias de inmunoterapia, puede ser la estrategia más favorable (D’Elia, R.V. et al. 2013).

Nota: Las informaciones recopiladas en estas páginas proceden de publicaciones compartidas en las últimas semanas en los medios y revistas científicas. Se trata de estudios científicos y conocimientos, que siguen a día de hoy evolucionando y que deben entenderse como elementos que nos ayudan a comprender y aprender sobre esta nueva infección y sus características, y que por su rapidez e urgencia, no pueden reconocerse aún como recomendaciones clínicas validadas.

Otra bibliografía sobre la enfermedad por Coronavirus

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